Los muros construidos con gaviones suponen una alternativa a las vallas hechas con setos y otros materiales menos resistentes al paso del tiempo.
Cuando hablamos de muros hechos de gaviones, estamos refiriéndonos a una sólida estructura cuyo exterior está formado por una malla electrosoldada de acero galvanizado y el interior relleno de piedras de diferentes acabados (que sería la llamada “piedra gaviones”). Las posibilidades de este tipo de estructuras para delimitar zonas e incluso cerrar espacios son infinitas en cuanto a acabados y funcionalidades.
Ventajas que ofrecen los muros de piedra frente a los setos
Los gaviones pasan de ser una solución de contención, a una sofisticada y útil forma de delimitar ambientes o aislar del exterior un jardín o el patio de una casa.
Si en el pasado lo más habitual era utilizar un seto en el jardín, estos muros de piedra de sencilla construcción han tomado protagonismo en los últimos años, por ser una opción que aporta ventajas en cuanto a ahorro y a estética.
Debemos pensar que el objetivo fundamental cuando colocamos un muro de gaviones metálicos es economizar en tiempo y dinero. Los setos requieren un mantenimiento periódico, podar para dar forma, regar…; aun así, este trabajo constante no asegura el que el seto luzca perfecto, ¿sirve de algo gastar tanta agua? Sin embargo, estas jaulas rellenas de piedra tienen un mantenimiento mínimo.
Además, no hay nada comparable con la eficacia que da un gavión: aísla de las miradas de curiosos, protege de las inclemencias meteorológicas. y recuerda, los gaviones pueden ser decorativos.
Cómo hacer un muro de gaviones
Como primer paso para hacer tu muro de piedra con gaviones, necesitas calcular la cantidad de piedra, ya sabes ancho x largo x alto= metros cúbicos. Además de la cantidad, decidir el tipo de piedra gavión es fundamental, sobre todo para el resultado estético. Así lo ideal es escogerlas lo más acordes a los materiales que ya existen en el alrededor. Después de estos dos puntos, ponte tus guantes y… ¡manos a la obra!
Limpia y alisa el terreno en el que vas a colocar el muro. Comprueba que está completamente nivelado, un mal paso puede tirar por tierra en un futuro todo tu trabajo. Posteriormente, coloca la jaula de acero ya montada y fíjala bien al sustento. Distribuye uniforme y correctamente el relleno de piedra. REcuerda que las piedras mejores siempre en la parte visible de la malla metálica y el resto en el interior.
A la hora de hacer un muro de piedra, lo ideal es proveerse de los mejores materiales para que el acabado sea perfecto. Si bien al inicio realizaremos una pequeña inversión de tiempo y dinero, a la larga nuestro bolsillo lo agradecerá.
Y antes de tomar la decisión final, no dejes de explorar toda la variedad de gaviones y piedras. Verás que las posibilidades estéticas y acabados son mucho más de lo que piensas.